La era Mesozoica o Secundaria es la segunda de las tres en que se divide el eón Fanerozóico. Abarca desde comienzos del Triásico (hace aproximadamente 251 millones de años) hasta el final del Cretácico (hace aproximadamente 66,5 millones de años). Su nombre procede de las palabras griegas meso (intermedio, situado entre) y zoion (animal), pudiéndose traducir como Era de los animales intermedios (ni antiguos ni modernos). También se nombra esta periodo como Era de los Dinosaurios, en referencia a su fauna terrestre dominante.
El Mesozoico fue un tiempo de grandes cambios tectónicos, climáticos y evolutivos.
Ammonites, fósiles guía del Mesozoico
Tras las grandes orogenias de finales del Paleozoico, las deformaciones tectónicas del Mesozoico fueron comparativamente moderadas. Sin embargo, en esta era se produjo la fragmentación del supercontinente Pangea. Gradualmente, se dividió en un gran continente al norte, Laurasia, y otro al sur, Gondwana.
Al final del Mesozoico, los continentes habían alcanzado una forma bastante parecida a la actual. Laurasia dió origen a Norteamérica y Eurasia, mientras que Gondwana se dividió en Suramérica, África, Australia, la Antártida y el subcontinente de la India, que colisionó en el Cenozoico con la placa de Asia para dar origen a la cadena del Himalaya.
El clima de la primera parte del Mesozoico fue seco, siguiendo la tendencia que había comenzado a finales del Carbonífero, y tenía un caracter altamente estacional, especialmente en el interior de Pangea.
Los bajos niveles del mar habrían sido, en parte, causantes de estos elevados cambios de temperatura, a lo que hay que sumar la falta del efecto amortiguador de los océanos en el interior de Pangea. Los desiertos probablemente fueron abundantes, como demuestran los depósitos de sal y otros minerales evaporíticos del Triásico. Los niveles del mar comenzaron a elevarse en el Jurásico. Además, Pangea empezó a dividirse en este periodo en partes más pequeñas, haciendo que más áreas de tierra estuviesen en contacto con el mar.
Todos estos cambios provocaron un aumento de las temperaturas y de la humedad, lo que hizo que los desiertos retrocedieran. En la parte final del Mesozoico, la temperatura de la Tierra era muy constante, con pocas diferencias desde el ecuador hasta los polos, seguramente debido al alto nivel de anhídrido carbónico en la atmósfera.
La extinción de casi todas las especies animales al final del Paleozoico permitió la radiación de muchos nuevos tipos de formas de vida durante la primera parte del Mesozoico.
En particular, la extinción de los grandes herbívoros y carnívoros dejó sus nichos ecológicos vacíos. La mayoría de ellos fueron ocupados por reptiles cynodontos y dicynodontos que habían sobrevivido a la extinción de finales del Pérmico, aunque los dicynodontos terminarían finalmente extinguiéndose en la primera parte del Mesozoico.
La vida animal durante el Mesozoico fue dominada, sin embargo, por grandes reptiles arcosaurianos que aparecieron sólo unos pocos millones de años después de la extinción de finales del Pérmico: dinosaurios, pterosaurios y reptiles acuáticos.
Los cambios climáticos del Jurásico y el Cretácico dieron lugar a la enorme diversidad que alcanzaron estos reptiles, además de los mamíferos y las aves.
Las plantas angiospermas se desarrollaron enormemente durante el Cretácico, primero en la zona tropical, pero debido a las escasas diferencias de temperatura pronto llegaron hasta las regiones polares. A finales del Cretácico, las angiospermas competían con cicadáceas y helechos por el dominio de la flora.
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